Aniversario de Consagración Rina del Valle Quiroga

Rina del Valle Quiroga
(14-03-1925 – 18-07-2017)

El 8 de Diciembre de 1991, año del Centenario de la Coronación de la Virgen, Rina del Valle Quiroga, con un Sí rotundo ante el llamado divino, se comprometió con la misión que le fue encomendada y entrega a la Madre del Valle su vida y obra.
Vida de llena valores y de principios espirituales. Amaba a la Madre entrañablemente y contagiaba ese amor por donde iba.

“Trabajo con una inmensa felicidad y alegría en mi interior, en mi corazón, porque la Virgen ha obrado en mí de una manera impresionante”

Al cumplirse un nuevo aniversario de su Consagración, como pequeño homenaje, quisimos resaltar su legado en la Florería de la Catedral, uno de los tantos servicios que con alegría y entrega plena realizaba en el Santuario de la Virgen del Valle.

Rina organizó el Equipo de La Florería de la Catedral, hace casi 30 años; comenzó con + Ivi Nickich y luego se fueron incorporando más personas.

Sus integrantes continúan al día de hoy siguiendo sus pasos, legado lleno de amor, que ofrecen con profunda veneración, para embellecer a Nuestra Madre y los altares de la Catedral Basílica con la belleza y el perfume de las flores.

Este equipo en la actualidad, está conformando un grupo estable de aproximadamente 10 personas, y amplía su número durante las fiestas de la Virgen.

Es el encargado de la ornamentación floral del Santuario, tarea que realizan durante todo el año. Se reúnen dos veces por semana, intensificando su trabajo durante las fiestas, en donde el servicio es diario; no solo ornamentando los altares sino también coordinando y colaborando con el armado del Trono de la Virgen y lo necesario para embellecer el templo.

Al finalizar la fiesta entregan a los peregrinos souvenirs confeccionados con pétalos de rosas que tuvo la Virgen durante el año, rosarios y denarios, velas, acercando de esa manera al hermano peregrino una caricia de la Madre.

Dios quiere que sus hijos sepan vivir en su gracia, es la única manera de ser feliz, y a lo largo de la vida la Hermana Rina, llamada por Dios y la Virgen fue feliz y sabia, usó el don de la palabra para aconsejarlos y formarlos, les decía:

“Ustedes vienen a este servicio porque buscando a Dios encontraron la mirada de la Madre del Valle, y Ella los invitó a servir en este lugar, bello como todas las flores del paraíso”.

“Vayan con la cara llena de gusto”…

“Lo que nadie puede, Tu lo puedes Madre”,
“Lo que nadie puede, Tu lo puedes Madre”
“Lo que nadie puede, Tu lo puedes Madre”

Gracias Madre del Valle por el testimonio de Rina y por cada uno de sus hijos espirituales, ayúdalos a ofrecer este servicio con amor, compromiso, fidelidad y entrega a Dios y al evangelio como era el anhelo de Rina: “Que no desvíen nunca el camino”.