El Jarro de la Virgen
Con el histórico nombre de “Jarro de la Virgen” existe en el Santuario de Catamarca un jarro de plata, sin asas y con algunas molduras en sus bordes. Sintetiza, como los innumerables ex-votos de la actualidad, un conocido y comentado prodigio de la Virgen Santísima. El sabio Don Manuel Lafone Quevedo, en “La Virgen del Valle”, de 1894, narra lo siguiente:
“Es el caso que en los límites de Córdoba con La Rioja vivía un campesino que cayó enfermo y sentía aproximarse la última hora. Cuando las ansias de la muerte lo apuraba, acordó de la Virgen del Valle y le rogó que lo amparase, prometiéndole ir a su Santuario. Ni bien concluyó el pobre enfermo su oración, desapareció la fiebre de que adolecía y se sintió aliviado, quedando enseguida sano y bueno. Agradecido y ya convaleciente, se puso en camino para cumplir su promesa.
Mientras esto sucedía, se notó en la iglesia Matriz de Catamarca que faltaba el famoso Jarro de plata; en vano fueron todas las pesquisas y todos sospechaban que se trataba de algún ladrón y de un hurto sacrílego. No transcurrieron empero muchos días, cuando se presentó un campesino al Cura con las alforjas al hombro. Después de referirse su enfermedad y curación, con la simple promesa a la Virgen del Valle, contó que había salido de su casa en viaje a Catamarca y que en la travesía de las salinas desfallecían de sed él y la bestia en que montaba. Encomendase de nuevo a la Virgen, y advirtió de pronto que muy cerca había un hermoso jarro de plata del que bebieron él y su mula, sin que se agotase el contenido. El jarro lo metió en las alforjas; se lo presentó al Cura y éste, admirado, reconoció la prenda que se perdió de la sacristía”.
Es por ello, sin duda, que entre las joyas y prendas de variadísimos valores e historias, el “Jarro de Plata de la Virgen” es uno de los objetos más respetados y admirados.
Fuente: Libro “Historia Popular de la Virgen del Valle” del Presbítero Alberto S. Miranda.